10.5.07


Yo también pagué mi entrada


“Noche Brit-Pop” dice el flyer de la discoteca Blondie que llegó a mis manos, que invita a los fanáticos de The Smith, Depeche Mode, The Cure, Pulp, Blur, Bjork y otros más que no recuerdo. Además un “gran especial” de Morrissey en la pista central. Tal situación me hizo recordar que tú amabas a éste cantante británico, quizás tanto más o igual que yo.

Morrissey quien abandonó el grupo de The Smith, gustaba vestir con chaqueta de cuero ajustada, jeans desteñidos y una pulsera de cuero negra en su brazo derecho. Nosotros colegiales del Liceo Miguel Luis Amunategui de Santiago centro, ese viernes después de clases, trabajamos todo el día acompañados de buena música británica y un enguindado que le saqué a mi tía esa mañana. Limpiamos los vidrios de la casona de tu abuela en el barrio República, con el propósito de que nos pagara mil pesos y así poder comprar los cigarrillos Life, los chicles y la cerveza que nos tomamos antes de ir al especial de Morrissey que había esa noche en la disco.

La música británica siempre nos gustó y todo lo que pasaba en ese país, es por eso que aún siento el dolor de cabeza por las cervezas que tomamos ayer celebrando el cumpleaños 94 de la Reina madre, hicimos un centenar de salud diciendo: “Usted es muy especial”, tal como lo hicieron los ingleses, con un enorme globo de helio en forma de corazón ubicado frente al Palacio Buckingham, con la frase con la cual nosotros brindábamos.

Sentados en las escaleras que sostenía el ventanal, yo con un baso de enguindado en la mano y tú con un cigarrillo. Discutimos sobre varios temas. Dejamos claro esa tarde que saliendo de clases en diciembre nos iríamos mochiliando al sur a la casa de mis abuelos, también contendemos entre llevar puestos los bototos o las zapatillas esa noche.

Lo que nos hizo subir la temperatura fue hablar de lo que se comentaba en la prensa. En todos lados aparecía la solicitud del desafuero del comandante y jefe del Ejército, Augusto Pinochet, por sus declaraciones a la cadena internacional de noticias CNN, en las cuales expresó que: “De los doce millones de habitantes en Chile, dos mil desaparecidos no son nada”. “Parece que nunca entendiste que él no tuvo nada que ver con esa matanza”, dijo uno de nosotros. Mientras que por el pasillo pasaba tu abuela regañándonos por los gritos de nuestra conversación que no la dejaban escuchar el tercer capítulo de su teleserie Rojo y Miel del canal nacional que le ganaba en su segunda temporada al canal Católico que transmitía Top Secret.

“Ask me, ask me, ask me”, cantábamos corriendo medios mareados por la Alameda hacia el metro Unión Latinoamericana, para no tullirnos de frío por de los nueve grados que había anunciado esa noche en El Tiempo Bárbara Ackermann. Estai seguro que tu amigo nos dejará pasar si no tenemos entrada y sólo tenimos 16 años, te pregunté inocentemente, a lo que tu respondiste: “Sí, si al loco lo conozco hace un tiempo y ya hablé con él y le dije que iba con un amigo”.

Parecíamos dos gemelos. Vestíamos chaqueta de cuero, jeans rotos gastados, bototos de milicos comprados en el Persa BioBio y la pulsera de cuero en la mano derecha. La única diferencia era que tu llevabas una polera negra con un estampado del Capitán futuro y yo una blanca con rayas negras.

Sin hacer la fila, me di cuenta que éramos los únicos que intentaban entrar gratis. Al llegar a la puerta, preguntaste al guardia por tu amigo. En un cuarto hediondo y oscuro, estaba ahí el viejo negro que parecía ropero de tres cuerpos fumándose un cigarrillo y revisando algunos papeles. “Hola mi nene Capitán futuro”, te dijo con una cara de caliente acariciándote el rostro y sin pensar te besó en la boca por unos largos segundos que a mi me parecieron eternos y asquerosos. “Esto es sólo un adelanto por el día del niño”, te murmuró al oído al mismo tiempo que te agarraba el poto. Sólo pensaba en el sacrificio que hacías para bailar, ver los videos, y escuchar la música de Morrissey totalmente gratis.

Podía sentir desde ese cuartucho fétido y sombrío los gritos de algunos maricas que corrían escalera abajo para ver la videografía del cantante británico y del grupo The Smith en la pista central. “Sabís qué, aquí todos pagan para entrar”, me dijo el viejo frente a frente mirándome fijamente a los ojos, pude sentir su aliento a cigarro barato mientras pensaba lo valiente que fuiste para besar a ese guatón hediondo. Por un momento te admiré.

Desde ese rincón del escritorio de donde tomaste prestado ese lápiz Parker, como me lo dejaste claro al momento que te reproché el robo, me serraste un ojo para darme un poco de tranquilidad y moviste tu cabeza en señal que todo estaba bien. “Que suavecita tení la guatita cabrito”, me susurró al oído mientras su helada y áspera mano recorría toda mi parte delantera. Viste amigo que yo también pagué mi entrada para el especial de Morrissey.

Todo sea por conocer esta disco que tanto se habla en el liceo, te dije mientras me arreglaba la ropa escalera abajo. “Este será nuestro primer secreto, júramelo”, dijiste muy serio, para terminar con una carcajada a la que se unieron las mías y un lo juro mi Capitán futuro. Celebramos esa victoria encendiendo un pito que sacaste del interior del lápiz Parker.

Tosí varias veces al tragar el humo del paraguayo que fumamos, mientras tu aspirabas y aspirabas sin quejarte, siempre supe que eras un zorrito para tus cosas. Esa vez que me contaste lo importante que sería si el Presidente, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, que por esos días andaba en Buenos Aires para dar inicio a las negociaciones para asociarse con el Mercosur, no te entendí nada y pensé que estabas curado y volado tratando de explicarme que sí irías al sur porque allá son muy buenos los aires para el asma que sufrías. Por eso te respondí que era muy importante, sin saber qué me decías, porque me preocupaba más el por qué estaba viendo casi todo doble.

Quedé medio lento con el cigarro artesanal y muy asombrado por la inmensa pista que estaba llena, oscura, todos de negro y con pelos raros. En algunos rincones podía ver algunas parejas besándose y en otros simplemente riendo alrededor de una cerveza.

“Vamos a bailar” me gritaste, llevándome de un brazo a la pista, mientras tocaban de fondo el tema “Ask me” The Smith. Podía ver en esa pantalla medio borroso a Morrissey cantando. Era tanto el fanatismo nuestro y de los que estaban esa noche en la disco que la mayoría vestía igual al cantante británico.

En mitad de la noche y con bastante calor en el cuerpo me preguntaste: “Quieres tomar algo”. Ya no tenía duda de como conseguirías un trago para pasar la sed. Te vi caminar a la barra y reir con ese tipo que podría haber sido tu padre. El trago estaba tan fuerte que no tardó en hacernos ver las cosas dobles y casi, sin darnos cuenta, nos vimos bailando sin parar en los cubos de los extremos de la pista.

La hilera era inmensa para poder entrar al baño, el efecto de la cerveza tomada en tu casa, más el trago, me produjeron los primeros síntomas. Mientras esperaba en la fila, leí en las paredes los afiches de promociones anteriores y la gran fiesta que se venía para el próximo sábado 13 de agosto. “Feliz Cumpleaños Madonna”, anunciaba el afiche. Llegué a la pista con una caña de piscola, mientras tu reías y bailabas con esa pendeja de pelo morado.

Los ventanales de la casona de tu abuela eran de seis metros de alto, que los brazos me dolían de tanto haberlos limpiado, como también me dolía la guata. Comencé con un fuerte mareo, luego con retorcijones de abdomen y unos segundos después me vi arrodillado en la taza de baño que estaba sucia y meada. Expulsé la cerveza, el trago que tu conseguiste y la piscola que yo traje, que por lo demás, me la tomé solo, porque tú bailabas sin pestañar con la mina del pelo morado.

Reclamé que era tu culpa, porque al almuerzo insististe en tomarnos la mitad del vino añejo que tu abuela tenía escondido en la despensa. Te dije que nos podía caer mal al estomago, con la piña colada que nos tomamos escondidos en el baño del liceo a la hora del recreo, todo, para pasar la caña de ayer por la celebración del cumpleaños de la Reina madre. Por tu lado, me reprochabas que el enguindado me cayó mal porque las guindas no se comían ya que ahí está concentrado todo el licor. Al parecer amigo mío tu mamá tenía razón. “Chiquillos no anden tomando, porque son muy chicos y les puede hacer mal al estomago”.

Se acabó la noche y a la salida de la disco tiraste el lápiz Parker porque lo habías pedido prestado. Sólo sé que lo disfrutamos juntos, fuiste mi mejor amigo en la época escolar y las posteriores, lástima que te fuiste a Miami ese verano del ´98 por mejores oportunidades. Pero sabes, hay algo que no te conté, la caña de piscola que traje al regreso del baño, la pagué igual que tú.

27.9.06

Ya no me das pena


Era una frase difícil de decir, pero al fin la digo con tranquilidad, YA NO ME DAS PENA. ¿Y sabes porque?, porque sigues siendo la misma persona que miente a todo el mundo, incluso a los que confían en tí y creen que cambiaste. Craso error.
Ya no me das pena.

Solo quiero darte un consejo, quiérete un poco. Que tengas suerte!!!!

22.9.06

18 o Año Nuevo?

Antes del 18 de septiembre ya sabía que mi destino sería la V región como todos los años, ya que las empanadas y las ramadas tienen un sabor diferente a las de Santiago (bueno sólo una vez lo pase acá en Santiago y no me gustó). Ya instalado en Limache –ciudad al interior de Viña del Mar- comenzó mi 18 con mucho asado, chicha, empanadas y harta cueca, porque según yo, un 18 sin un baile de cueca no es 18, pero también fui a la famosa discoteca Pagano en Valparaíso con unos amigos y de entrada me encontré con amigos de carrete cuando yo vivía en Viña del Mar, los abrazos y besos comenzaron en ese momento ya que habían muchos conocidos a los que salude con mucho entusiasmo y agrado que me llevo a pensar por un momento si era el 18 de septiembre o Año Nuevo.

El local estaba horriblemente lleno que no se podía caminar hacia ningún lado, el calor era insoportable, lo cual me hacia preguntar ¿Aun no han solucionado el tema del aire acondicionado?. Pero eso no importaba porque la música no dejaba caída para el calor, si, la música estuvo muy buena porque la gente coreaba los temas de Depeche Mode y Morrisey (que son mis favoritos también), entre otros temas Brit Pop. El show estuvo acorde al momento (18 septiembre) donde se imitó a nuestra Presidenta, Michelle Bachelet, a lo cual el público presente la ovacionó con aplausos y gritos de “Te queremos Michelle”, su performance se basó en canciones picarescas chilenas como La Pirilacha.

En medio de la oscuridad, porque si es oscuro ese local, lo cual le da esa magia de seducción agregándole un par de copas al cuerpo uuuffff, sólo los que han estado ahí pueden entenderme. Nos vimos, si, nos vimos porque ya nos habíamos visto antes pero sin hablarnos, esta vez iba a ser distinto, al menos tenía que saber como se llama, su fono, edad y muchas cosas más, pero lo mas extraño que sin conocernos formalmente, nos encontramos en la barra cobrando un trago y me saludo con un beso en la mejilla y un abrazo, guauuu, es que si estoy en la V región donde la gente sabe expresar sus afectos sin miedo al que dirán, que yo por lo menos deje de temerle hace unos buenos años atrás. Lo demás que paso me lo reservo.

Eran las 05 de la madrugada y decidimos irnos, al salir del local aun había gente afuera sin poder entrar y otros amigos que no había visto hace 2 años, por lo cual seguí con abrazos de “Año Nuevo” y sentía el calor de afecto y cariño de mis amigos como si nos hubiéramos visto el fin de semana pasado y me preguntaba ¿Por qué la gente en Santiago no es así de cariñosa? ¿Por qué es más distante y teme a los afectos de cariño? Espero no cambiar en ese aspecto porque no sabría como saludar a mis amigos sin un cálido abrazo y un reconfortante beso como los de Año Nuevo.











13.6.06

Me perdí en la oscuridad, Ups !!!!

Solo en la noche y mientras pasan las horas, el jeans, zapatillas, polera, chaqueta y gel en el pelo, son el atuendo que se apodera de mí para salir en busca de un buen trago por la noche santiaguina, quizás sea por la necesidad de una libertad añorada que me deje enredado en algún lugar sin destino.

Al parecer era una noche de luna en celo que mantenía los cuerpos excitados y la adrenalina estaba a full. Al entrar en aquel bar nuestras miradas se cruzaron y las sensaciones comenzaron por todo el cuerpo que daban ganas de cumplir las fantasías que rondaban por mi mente en ese momento. No creía lo que estaba viendo, era real y estaba ahí. Sólo bastó un roce para dejarme llevar por esa piel blanca y esos ojos verdes que me incitaban a romper los esquemas, a lo que accedí y me deje llevar, por lo cual te dejé seducirme, te dejé provocarme y también mentirme, conozco ya la situación porque he caído alguna vez.

Cuando tocaba el punto más sensible con su ternura y caricias, me llevaba al clímax una y otra vez, no importó la gente ni las luces, simplemente no pensaba, no podía dejar escapar esta oportunidad, me merecía un gusto como este, por lo cual seguí el juego sin tomar en cuenta los consejos de moral que me dio un ángel al entrar al bar. Me dije "Sólo tengo que mezclar Wiski con Agua Bendita".

Mi teoría del "Aquí, ahora y porque yo quiero", me asustó y me llenó de una sensación de temor, curiosidad, inocencia y atrevimiento de los 18 años, pero aun así, no la dejé escapar, sabía que yo era auténtico y único, sólo tenía que jugar a colocado y ganador. Seguí.

Estábamos concientes que no queríamos compromisos y que sólo era un enredo de noche casual, sensual y sexual, sin fonos, mails, ni nombres, sólo la necesidad de satisfacer ese impulso que nos dejó atónitos al cruzar nuestras miradas en la entrada del bar.

Con unos grados de alcohol en nuestros cuerpos y excitados por la noche, la música y el roce, mi cuerpo estaba húmedo y quería secarse con la humedad de su cuerpo. Tomé mi vaso con Ron, mi cigarrillo y me perdí en la oscuridad de la noche.

Hoy desperté con un dolor de cabeza y no entendía el por qué, lo único que sabía, que había tenido un sueño muy excitante y alucínate, pero al registrar el bolsillo de mi jeans encontré un papel con una nota que decía; "Es muy lindo tu nombre y gracias por la noche, te llamaré al celular que me diste, te adjunto mi nombre, fono y msm". Ups !!!!!

24.5.06

¿Donde estás?

Sé que una vez te vi partir y sólo me quedé con tu imagen y sonrisa y ese calorcito que me abrigaba del frio y también de ese frio de miedo de mi alrededor, pero ¿Donde estás?, por más que te busco y sigo tus pasos para encontrarte, no te encuentro, no te veo.
¿Será que ya no eres la misma?, ¿tanto has cambiado?. Parece que te hiciste algo, porque hoy te encontré y no eres a quien buscaba ni a quien recuerdo, estás helada, y más lejos que antes, apesar que estás frente a mi, ¿quién eres?, ¿por qué me vez como a un desconocido?..¿te habrás olvidado de mi?....mirame bien, soy el mismo que dejaste en el andén y quien te ha estado esperando por ti.
Me abrazas y ya no siento ese abrazo calentito que me protegía como un escudo y me hacía sentir intocable.
¿Qué paso?...... ¡Ya sé!....te cambiaron, tu no eres a quien yo busco, tal vez la que busco se quedó congelada en el tiempo (será por eso que me gusta el frío y el invierno por si te llego a ver) o esperas la locomoción impaciente como solias hacerlo para llegar temprano a casa (tal vez sea esa la explicación de mis nervios cuando espero la locomoción) para estar conmigo y secar esas lagrimas internas y externas por tu ausencia.
¿Habrá pasado mucho tiempo y no nos dimos cuenta?....¿Cuanto tiempo debo esperar? ...¿Por cuanto tiempo debo seguir buscandote? ...¿te encontraré alguna vez? o ¿simplemente ya no volverás?.
.....Bueno, al abrazarte me di cuenta que no eras tu quien llegó, me sentaré nuevamente a esperar solo en este andén tan frio y como cita la pelicula "By Happy" mientras espero digo: "no le tengo miedo al frío, a la noche, a los cometas, a los perros (ok no debo mentir, si le tengo miedo a esos cuatro patas con cola), a los muertos (mmmm solo un poco), a los planetas (ya me acostumbré al mio), a los gatos (me encantan no podría tenerles miedo), a la gente, no le tengo miedo a nada, sólo tengo miedo a que no llegues a tiempo".
Pero mientras espero, me hago la misma pregunta de siempre ¿Donde estás?.

12.5.06

Otro dìa como los otros

Como todos los años esta fecha es un poco complicada para mi, porque las empresas publicitarias y la sociedad, se encargan de ambientar la escenografía santiaguina, mejor dicho la del país, para el día de la madre. Te bombardean de publicidad en la Prensa, Radio, Televisión, Lugares Públicos y Privados. Pero que pasa con el respeto hacia las personas que no tenemos la posibilidad de compartir con nuestra madre, digo esto, NO porque ella ya no esté con nosotros terrenalmente, sino que no está en nuestro hogar, está lejos -en otro hogar-.
El problema es que las personas que “Si” han perdido a su madre debe ser muy doloroso recordar momentos que pasaron juntos. Mi situacion no es tan ajena a ellos, no tengo el dolor de “No” tener a mi mamá, pero si el dolor de tenerla lejos hace muchos años y, estos días vagan por mi cabeza un sin número de recuerdos de niñez que conyevan a una falta de afecto maternal, será la necesidad interna de tenerla junto a mi?. A veces pienso que ya olvide como es tener Padres.

Aun recuerdo cuando erea niño le regalé a mi mamá un Diploma, donde salía un corazón con flores que decía "Te quiero mamita". Este quizas es uno de los recuerdos más gravados que tengo de esta fecha. Hay una pregunta que me hago con todo esto ¿Le habrá faltado más fuerza a mi mamá para dar la pelea?.

Cuando veo el afecto y cariño que las mamás de alguno de mis amigos le entregan a ellos, me quedo en blanco por unos minutos y me duele hasta lo mas ondo de mi ser, dejando un nudo en mi garganta que trato de disimular con alguna pregunta que rompa ese nexo....sorry pero tengo que hacerlo. Es por eso que evito muchas veces de visitar las casa de mis amigos, porque se que sucedera y no podre evitar ese "sufrimiento y envidia interna".
Pero hoy lo más triste es que hasta el día de ayer -jueves 11- mi mamá viajaba del sur para pasar el fin de semana con nosotros -mis hermanos y yo- pero por cosas que nuevamente ese destino que nadie lo invita, no podrá venir. Será otro día como los otros, mas que mal, ya van 15 años sin pasar un día de la mamá con ella y saben porque?, por culpa del destino.
Por último, No me interesan los comentarios, compasiones ni descargos de nadie. Sólo aquí escribo "parte" de mis molestias y pensamientos.

26.4.06

DISTINTOS PLANETAS

Como lo anuncié con anterioridad, dije que escribiría mis penas, alegrías y demases. Entre ellos está una aclaración para mis amigos Andreita y Panxo, los creadores de este blog -aprovecho de darle las gracias públicamente- pero hay algo que me dejó dolido, sí, lees bien, dolido y quizás sentido, -pero los entiendo- porque cuando mi amiga Andreita me preguntó que me gusta hacer para completar los datos del blog, yo dije que “Leer”, tal fue su sorpresa que sonrió y respondió, “el po, él que más lee”, sólo callé porque es cierto que me da lata leer y creo que a mucho de nosotros que estudiamos periodismo nos da lata leer -incluyendola a ella- cosas que no nos interesan pero, SÍ me gusta leer cosas que para ella no son importantes y para los demás tampoco y no tiene porque serlo también. Saben chicos que yo leo mucho pero temas y libros que a nadie le interesa, digo a nadie en forma globalizada porque se que hay gente que lee “tonteras” como yo.

Luego llegó Panxo y terminó de hacerme este blog, a quien considero también mi amigo, dentro de los pocos que considero. Éste me sorprendió con otra “tontera” al momento de pedirle que pusiera la foto del “Principito” en mi futuro blog, porque es la representación del libro en una imagen que me gusta muxo, pero Panxo sólo atinó a decir “como vay a poner la foto del Principito sólo porque te gusta”, obviamente respondí que me identificaba en muxos aspectos, pero no tardó en tirar su dardo en respuesta, “a mí me gusta Dios y no me creo Dios”. También callé y me dije a mi yo interno ´porque estas 2 personas piensan eso de ti si se supone son tus amigos´. La verdad queridos mios, no se trata de creer o no creer o de leer o no leer ciertas cosas, para decir tan suelto de boca lo que me dijeron. Debo aclarar que sí me gusta la lectura, en la cual incluyo el libro El Principito, porque lo leí un par de veces cuando niño y fue el texto que más me marcó y que además ocupo como una filosofía de vida. También debo agregar que para mi una imagen vale muxo y saben por qué, porque yo soy muy expresivo de presencia, mi rostro expresa muxas coas, en cambio ustedes no, son más de expresión de lenguaje o escritura, ahí ya hay una diferencia.

Sabían que El Principito visitó varios planetas donde existían distintos tipos de gente, y les cuento esto porque ustedes queridos amigos viven en el mismo planeta y se entienden, pero yo vivo en otro, sólo esa es la respuesta que concluyo a sus respuesta, que por lo demás las sigo encontrando "estúpidas". Saben, algún día podrían visitar mi planeta, mejor dicho, los invito a conocer mi planeta y así sabrán mis gustos, mi manera de pensar y hartas cosas más, porque yo visité el de ustedes en más de una oprotunidad y además me he quedado a convesar para conocer un poco de cada rincón que existe en sus planetas, ¿o acaso no lo han notado?.

También se que odio que me pregunten cosas, el Principito sólo le gustaba preguntar y odiaba que le hicieran preguntas, en algo ya nos parecemos, pero hay musas cosas que Él y yo nos asemejan, como la de cultivar una amistad, preocuparse por su prójimo y demases, digo demases porque me gusta esa palabra, solo por eso.

Aveces estoy sentado en mi planeta esperando a alguien que venga a visitarlo, pero llega la noche y no aparece nadie, solo me digo, mañana vendrán mis amigos y me duermo. Recuerdo que una vez alguien llegó a visitarme y conversamos por un tiempo, pero como dice el zorro -del cuento del Principito- cuando le das esa importancia en tu vida a esa persona, cosa u objeto, es diferente a cualquiera que se le paresca, pues bien yo hice eso con mi visita, pero se fue de un día para otro y sin dejar una nota de despedida.
La pregunta es ¿tenemos que ser todos iguales o tenemos que vivir en el mismo planeta para comprendernos?. Es extraña la pregunta, pero no me la dejo de hacer nunca y eso aveces me deja intranquilo. Pero pensando y pensando para poder encontrar una respuesta a dicha intriga, llego a la misma conclusión de siempre, es decir, cuando fui niño vivia en el mismo planeta con mis padres y hermanos, al igual que mis amigos que hoy los tengo en "juicio", pero, el famoso "pero" que nunca está ausente, es que un día el destino se encargó de enviar a cada uno de los integrantes del paneta a uno individual, -como odio a ese destino- sin preguntar si estabamos de acuerdo o no, o si nos daba miedo el nuevo planeta donde viviriamos. Lo unico que supe al encontrarme sólo ahi en ese lugar tan frio y oscuro, era que ya había crecido o mejor dicho era un "niño adulto", mientras que mis amigos -Andreita y Panxo- seguian viviendo en sus planetas y creciendo de acuerdo a la lógica del tiempo. Por qué todo esto, bueno la respuesta es sencilla, en el planeta nuevo que me toco vivir habían cosas desconocidas para cualquier ser humano que se enfrenta de golpe a un nuevo camino, cambia tu manera de ser, de pensar, gustos, amigos, sensaciones y tantas cosas que tu "ship" se modifica, en algunos casos para bien y otros para mal, aun no se el mio, espero que haya sido para bien, pero creo que voy por el camino correcto, porque antes de que se desintegrara el planeta de mi niñez, mi mamá me entrego un mensaje antes de marchar, "hijo no importa lo que pase, sólo debes seguir adelante, la vida es dura" y asi lo entendí, porque esa frase tiene otro mensaje en su profundidad que sólo una persona que haya sido cambiada de su planeta podra entenderlo como también los "famosos periodistas" que ahora leen entre líneas. Es la mejor respuesta que encontre a tanta diferencia entre "mis amigos" y yo.

El Principito es un modelo de vida para mi y nunca me avergüenzo de eso Panxo y es mi lectura favorita Andrea, no porque tú no lo hayas leído dejan de ser poco interesante mi lectura.

Yo me miro al espejo y NO me encuentro los crespitos rubios del Principito ni su capa, pero si miro con el corazón, las veo. ¡Chicos me asusta!, será que ustedes se están quedando ciego o simplemente se están quedando sin corazón y no han visto al verdadero Principito ante sus ojos.